Siendo organista de profesión dedica a este género una parte muy importante de su actividad creadora desde sus inicios como compositor.
Cabe destacar entre su amplia producción organística: Cuatro piezas para órgano (1962), sobre motivos gregorianos; Suite Ave, Spes Nostra (1966), dedicada a su maestro Valentín Ruiz Aznar; Epiclesis sobre Manuel de Falla (1976), su obra para órgano más importante, compuesta para conmemorar el centenario del nacimiento de Manuel de Falla; por último destacamos las partitas Panis Angelicus y O salutaris Hostia.