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PLANTILLA:

JUAN-ALFONSO GARCÍA

Año de composición: 1984-1989

Número de catálogo: JA-401

DETALLES:

Oratorio para Soprano, Mezzo -soprano, Alto, Barítono, Coro mixto y Orquesta: 3Ft 3Ob 3Cl 3Fg// 6Cor 3Trp // Perc// Cuerda

Poema: San Juan de la Cruz

 

Desde que compuse “Trilogía mística” (1959-1961) sobre tres poemas de San Juan de la Cruz: La Fonte, el Pastorcico y la Llama, venía con la ilusión de hacer un oratorio con el Cántico espiritual. La empresa se me presentó desde un principio con todo el atractivo y la dificultad que en sí tenía poner música a poner tan señero en todos los sentidos. Al cabo de veinte años largos, juzgué llegando el momento oportuno de emprender tan hermosa aventura…

Antes que nana, me dediqué a estructural la obra. Para ello, se hacía necesario solventar adecuadamente uno de los problemas que planteaba el poema en orden a su musicalización: de las cuarenta estrofas de que consta, siete corresponden al Esposo, y el resto (salvo la estrofa quinta, tradicionalmente interpretada como “respuesta de las criaturas”), a la Esposa. Esta distribución inducía, casi inevitablemente, a encomendar a una misma voz solista el canto de más de tres cuartas partes de la totalidad de la obra, desproporción que, a todas luces, había que soslayar. Me decidí por encomendar el papel de la Esposa a tres voces femeninas de distinto timbre, expresión y tesitura: soprano, mezzosoprano y contralto. Esta solución aportaba evidentes posibilidades de orden musical y, sobre todo, en modo alguno violentaba el sentido propio del poema, sino, muy al contrario, ponía de relieve su carácter simbólico-místico.

Por otra parte, la intervención del Coro no podía quedar circunscrita a sólo la estrofa quinta (“respuesta de las criaturas”), sino que debía tener una más amplia actuación.  Decidí encomendar al Coro un papel de espectador cualificado compenetrado con la actitud de la Esposa, cuyos sentimientos y expresiones asume e interpreta con frecuencia a todo lo largo de la obra. También decidí encomendarle las estrofas impersonales del poema (confiriéndole, así, un carácter de narrador), aun a sabiendas de que el propio autor, en sus comentarios, pone estas estrofas en boca del Esposo o de la Esposa, según los casos. De esta forma, las intervenciones de las distintas voces solistas y del Coro quedaban debidamente proporcionadas.

Una vez fijada la estructura de la obra y elegido el orden estrófico del manuscrito de las Descalzas de Jaén, me puse a trabajar decididamente en la composición del oratorio en el otoño de 1986, con la esperanza de tenerlo finalizado con la antelación suficiente para poder optar a su estreno dentro de los actos conmemorativos del cuarto centenario de la muerte del Santo místico carmelita, en 1991.

En el discurso de la obra hago uso de citas y referencias musicales, que es obligado consignar aquí. Además de utilizar el popularizado tema carmelitano “Veante mis ojos” ( entre las estrofas 7 y 8) hago tres citas del repertorio gregoriano: la antífona “Veni, Sposa Christi” (estrofas 20-21 y 34), el introito de Navidad “Puer natus est nobis” (estrofa 24) y la secuencia de Pascual “Victimae paschali laudes” (estrofa 38). Hago, además, cita expresa de tres compositores del ámbito eclesiástico español, a los que me siento estrechamente vinculado: Valentín Ruiz-Aznar ( mi maestro),  Eduardo Torres y Luis Urteaga (estrofas 15/35, 38 y 24) respectivamente). También deberé mencionar los recuerdos: el de J.S Bach, más notorio, determina la estructura y carácter de la estrofa cuarta, y el de T. L de Victoria, menos perceptible, en una cadencia de la estrofa treinta y nueve. Por último, no quiero silenciar las diversas autocitas de que hago uso en las estrofas 23/27, 39 y 40, las dos últimas tomadas de Trilogía mística de donde arranca mi primer contacto musical con San Juan de la Cruz.

Juan-Alfonso García

 

Estrenado por la Orquesta y Coro Ciudad de Granada en 1991

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